Controlar el tamaño del bote

Controlar el bote de la partida es una estrategia fundamental
Controlar el bote de la partida es una estrategia fundamental

Controlar el tamaño del bote o “pot control” es un recurso fundamental en la estrategia del poker Texas Hold'em. De forma muy general, se trata de ajustar el tamaño del bote según tus necesidades. Un jugador querrá aumentar el bote cuando esté en situación de superioridad y tratará de impedir que aumente demasiado cuando esté en inferioridad.

En el poker Texas Holdem el bote es un factor muy importante a tener en cuenta, su tamaño influirá en nuestras decisiones, y tenerlo controlado nos ayudará mucho a sacar el máximo provecho o sufrir el mínimo perjuicio en cualquier caso. De este concepto de control del bote se desprenden otros relacionados con el bote: “pot bets”, “pot odds”, “pot commited”, etc. aquí nos centraremos en el de “pot control” de forma general.

Nuestra estrategia para jugar al Texas Hold'em tendrá que ir siempre de la mano del tamaño del bote. Podemos distinguir dos situaciones: querer que el bote crezca o que no lo haga según pensemos si tenemos la mejor mano o no. Si pensamos tener la mejor mano, se trata de intentar hacer crecer el bote, sin embargo, si no lo pensamos pero queremos seguir en la mano, debemos intentar que el bote aumente lo menos posible.

Para tratar de aumentar el bote sin tirar a nuestro o nuestros adversarios debemos valorar si estos encajarán o no una resubida y de qué tamaño según cada situación.

Aquí nos vamos a centrar en la situación contraria, en la cual deseamos seguir en la mano pero posiblemente sin la mejor mano. Parece evidente que esto se soluciona dedicándose a pasar y a pagar detrás (check-call), pero esta no es siempre la mejor solución ya que hay veces que tomar la iniciativa te permitirá controlar el bote mediante apuestas de control.

Estas apuestas de control o también llamadas de bloqueo consisten en tener controlado el bote con el mínimo gasto.

Pongamos el ejemplo de tener una pareja intermedia con algún proyecto, una pareja en mano con cartas superiores en la mesa, o incluso pareja alta de mesa pero con un kicker (nuestra carta más alta suelta) flojo. Existen para estos casos varias soluciones según nuestra posición en la mesa y según la ronda que estemos disputando.

De esta manera, si estuviésemos en el flop hablando primero, podríamos hacer una apuesta decente (mitad del bote o un poco menos) que bloquee la posible subida de nuestro rival en la mayoría de los casos. Si nos pagase nuestro rival, podríamos seguir apostando en la siguiente ronda, demostrando fuerza y tomando la iniciativa. Este hecho seguramente intimidará a nuestro rival, y seguramente tendrá por consecuencia que nos deje también la iniciativa en la última ronda pensando que vamos a volver a apostar. Esto es muy importante ya que en la última ronda suelen producirse las apuestas más notables. En todo caso, es recomendable apostar solamente si tenemos la convicción de tener la mejor mano, y no nos estamos exponiendo a una posible subida que nos obligue a tirar las cartas. Con mucha probabilidad, si no hubiésemos apostado la cantidad que nosotros hemos elegido en las rondas flop y turn, nuestro rival seguramente hubiese tomado la iniciativa con una apuesta aún mayor obligándonos a pasar.

Si estamos directamente en el river y hablamos nosotros primero sin la seguridad de tener la mejor mano pero con algo decente, podemos valorar la opción de poner una apuesta de bloqueo siempre que no pensemos que nuestro rival tiene una jugada máxima con la cual nos vaya a resubir. Con esta apuesta de control bloquearemos así en nuestro rival una posible subida, y lo que también es muy importante, haremos nosotros la apuesta por él, siendo seguramente la nuestra mucho menor que la hipotética suya. De esta manera, estaríamos ahorrando una buena cantidad de fichas.

En definitiva, las apuestas de control en el poker Texas Hold'em son muy útiles para tener controlado el bote, aunque siempre conllevan el riesgo de ser resubidas, lo que sería una gran faena y que posiblemente nos obligarán a tirar las cartas, a menos que nuestro trabajo de lectura diga lo contrario.

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